Una gran parte de la sociedad actual coge el autobús cada día. Desde empresarios que se desplazan al trabajo hasta niños que van al colegio.
Se podría decir que la sociedad descansa sobre los hombros de los grandes conductores que nos llevan de A a B.
Hacen todo lo posible para que lleguemos a tiempo a nuestro destino. Una situación así es muy singular.