Con una sonrisa, sacudió la cabeza y se rió de su propia sobreprotección. «No es nada», dijo, decidiendo dejar a un lado sus temores y disfrutar del momento con María, apreciando el tiempo que pasaban juntos antes de que su familia creciera.
Respiró hondo, sintiéndose más tranquilo, y su sonrisa se volvió más confiada. Mirando a María, con la playa como hermoso telón de fondo, no pudo evitar darse cuenta de lo feliz que parecía. Todas sus preocupaciones parecieron desvanecerse mientras sonreía a María. «Estás guapísima, cariño. Deja que te haga unas fotos para capturar este momento».