María mantuvo a Eva a distancia, mirándola a los ojos con una mezcla de incredulidad y amor abrumador. «Has crecido mucho, pequeña», le dijo con la voz entrecortada por la emoción.
Natalie y Adam se apartaron unos pasos, observando el emotivo reencuentro con lágrimas en los ojos. Sentían una mezcla de alivio y pena, al ser testigos de la abrumadora alegría de ver a Eva de nuevo en brazos de su verdadera familia.