Una familia adopta a una niña de cinco años, pero cuando aprende a hablar inglés, ¡descubren una horrible verdad!

Con sólo 21 años, el diagnóstico de endometriosis destrozó el mundo de Natalie. La cruel ironía de su enfermedad hizo mella en su deseo más profundo: ser madre. Cada intento fallido de concebir era una nueva herida, que ahondaba el dolor en sus corazones pero también fortificaba su determinación de ser madre.

Adam, siempre el pilar de la fortaleza, permaneció junto a Natalie durante el agotador viaje de los tratamientos de infertilidad. La sostuvo durante las noches oscuras en las que la esperanza parecía un sueño lejano y le susurró palabras de consuelo cuando la desesperación amenazaba con hundirlos.