Piensa en la sorpresa que te llevas cuando apagas las luces, esperando oscuridad, pero en lugar de eso, cancelas sin querer el ascensor. Es una inusual combinación de funciones: un interruptor de la luz y el control del ascensor en uno. Uno se pregunta qué llevó a tomar esta peculiar decisión de diseño.
¿No se dieron cuenta los creadores del mensaje tan poco sutil después de la primera tanda? Es un caso curioso de un descuido de diseño que añade un giro inesperado a las festividades de la boda. Quizá sea una forma única de recordar a los invitados que disfruten de la vida -y de las galletas- al máximo