Es el clásico caso en el que un pequeño detalle provoca un enorme (e hilarante) malentendido. Sólo cabe esperar que se trate de un error aislado, pero si no es así, es un claro recordatorio de la importancia de comprobar dos veces los diseños, ¡especialmente cuando están pensados para levantar el ánimo e inspirar! Así que, cuidado.
Aunque este baño no se utilice durante las reuniones sociales, la mera presencia de una disposición de asientos para el público levanta cejas. ¿Por qué no hay cortina? ¿Cuál es la historia de este peculiar montaje? Nos hace preguntarnos cuál es la línea que separa un diseño innovador de una simple rareza.