«¿Cómo es posible?», susurró Peter. Este descubrimiento hizo que el corazón de Peter latiera más rápido de la emoción. ¿Quién podría haber vivido aquí, en este barco abandonado y alejado de la civilización? ¿Y cómo podrían haber sobrevivido? La idea de que alguien más estuviera aquí, en esta inmensa nave helada, le hizo sentir aún más deseos de averiguar qué había ocurrido.
Mientras Peter inspeccionaba los restos del campamento, un repentino estruendo bajo sus pies le sobresaltó. El motor de la nave, inactivo durante mucho tiempo, rugió, vibrando a través de las paredes de acero. Antes de que pudiera reaccionar, la enorme embarcación dio un bandazo hacia delante, adentrándose aún más en la extensión helada y alejándose de su barco.