Natasha contó que ocultar su embarazo había sido todo un reto, sobre todo porque había estado en contacto frecuente con Chris durante todo el embarazo. Es difícil ocultar una barriga que crece durante semanas; llega un momento en que es demasiado grande para ocultarla.
Para guardar el secreto, Natasha colocaba a menudo a uno de sus hijos en su regazo para ocultar su barriga. Incluso se esforzaba más por mantener el engaño, enviando a su marido fotos que le despistaran. Por ejemplo, posaba con una cerveza en la mano, fingiendo que se la bebía, cuando en realidad no consumía nada de alcohol. Y su táctica funcionó Chris nunca sospechó nada.