Chris no podía creer lo que estaba viendo. Fue como si el corazón le diera un vuelco y sintiera que se le llenaban los ojos de lágrimas. «La miré y le toqué la barriga», dijo después. «Pensé que me estaba tomando el pelo», se rió.
Mientras miraba la enorme barriga de su mujer, el corazón le latía tan deprisa que podía sentirlo en la garganta. Le parecía estar en un sueño y que ella le estaba gastando una broma. Pero no era un sueño. Era el secreto que Natasha le había estado ocultando todo este tiempo. Y Chris no se esperaba nada.