A pesar de su agotamiento, Natasha hacía todo lo posible por mantener la normalidad con sus hijos, sus actividades y sus deberes escolares. Intentó ser la roca que su familia necesitaba en ausencia de Chris, incluso cuando su propio mundo parecía estar fuera de control.
A medida que los días se convertían en semanas y meses, la resistencia de Natasha se ponía a prueba hasta el límite. Pero siguió adelante, impulsada por el amor a su familia y la esperanza de que algún día volvería a reunirse con su marido y se liberaría del secreto que había guardado durante tanto tiempo.