No sólo la situación de Natasha era cada vez más precaria, sino que Chris, que en aquel momento estaba destinado en Corea, también se encontraba en una situación peligrosa. El gobierno norcoreano estaba llevando a cabo experimentos con armas nucleares y Chris se encontraba muy cerca del lugar donde se realizaban las pruebas.
A medida que aumentaban las tensiones entre las dos naciones, también lo hacían los riesgos para Chris y sus compañeros marines. Estaban constantemente en alerta máxima, listos para responder a cualquier amenaza potencial. El estrés de estar en un entorno tan volátil pesaba sobre Chris, lo que hacía aún más difícil estar lejos de su familia en esos momentos de incertidumbre.