Resultó que Ben se equivocaba. Poco después, el niño empezó a gritar que había pescado algo. Pero en cuanto se dio cuenta de lo que había pescado su sobrino, su excitación se convirtió rápidamente en miedo. Estaba obsesionado con lo que salía del agua… algo para lo que no estaba preparado.
Una vez que el objeto correoso estuvo fuera del agua, estuvieron seguros de que no era un pez. Parecía ser una bolsa vieja. No una bolsa cualquiera. El peso de la captura dejaba bastante claro que había algo dentro.